11 de enero de 2012

Castle Combe, Inglaterra.


Cogemos la A420 en dirección a Chippenham, aunque no es ese nuestro destino. Sí lo es Castle Combe, un pequeñísimo pueblo apodado como ‘el más bello de Inglaterra’ en varios sitios de la red. Nos metemos por carreteras comarcales rodeadas de frondosísimos y húmedos bosques. Tras una curva a la izquierda aparece un puente de piedra y un par de casas bellísimas junto a la carretera. Es el inicio del pueblo. Aparcamos y bajamos. Pero qué bonito, por favor. Es idílico, un sueño. Cruzamos un pequeño río por el que nada una pareja de cisnes que nos acompaña en el paseo. Castle Combe es un pueblo con poco más de 300 habitantes, situado en el condado de Wiltshire. 

Donde las calles principales convergen, encontramos una cruz de piedra del siglo XIV, que al parecer era el lugar donde se celebraba un mercado semanal. Allí mismo está la pequeña iglesia medieval de Castle Combe. Tienen costumbre de vender postales y otras cosas en las iglesias, pero no hay vendedores, sólo una hoja con los precios de cada cosa y una caja de madera donde introducir el dinero. Haz eso en España… Decido quedarme un imán para la nevera y un pequeño libro de recetas del pueblo recopiladas por un octogenario hace un montón de años. Me encanta.

En el pueblo se respira paz y paseamos tranquilamente por su calle principal (en realidad el pueblo es, básicamente, esa calle). La quietud sólo se ve alterada por un grupo de japoneses, no por ruidosos, sino por numerosos en comparación con el tamaño de Castle Combe. De verdad que se les ve obsesionados con sus impresionantes cámaras de fotos. Empieza a llover y volvemos hacia el coche. Ahora toca improvisar por la campiña inglesa.
Conducimos hacia el norte y la lluvia se hace más persistente. Paramos en un pub en Burton y revisamos un poco los mapas discutiendo sobre qué dirección tomar. Decidimos conducir hasta Chipping Sodbury, donde el plano nos marca que hay un centro de turismo, que nos va a venir genial para consultar algún mapa del condado que nos permita ver qué es lo más importante de la zona. Aparcamos y como ya no llueve damos una vuelta. Encontramos sin problema el punto de información turística pero cual es nuestra sorpresa cuando vemos que los domingos no abren en todo el día. ¡Increíble! 
Decidimos ir a comer al pub. Pese a que la comida está buena, el servicio es fatal, las camareras no se aclaran. Al rato salimos y damos una vuelta por la iglesia y un paseo peatonal que transcurre paralelo al río. Volvemos al coche. Improvisamos de nuevo y decidimos dirigirnos hacia el norte, en dirección al pueblo Wotton-under-Edge, en el condado de Gloucestershire.
Ya cerca del pueblo, vemos una colina con unos pinos arriba y decidimos ir hacia allá. Estoy obsesionada con poder contemplar la campiña inglesa desde lo alto y aquél parece un buen lugar. Estamos en Cotswold Edge. Dejamos el coche en el claro de un bosque espeso y oscuro y nos metemos caminando por una senda. Está todo lleno de caminos peatonales señalizados y dan ganas de explorarlos todos. 

Llegamos de casualidad donde están los pinos, que resultan estar dentro de un cercado en el centro de una colina. Es The Memorial at Wotton Hill, desde donde hay una vista… que deja sin aliento. Al minuto de estar allí el sol aparece entre las nubes, como si nos hubiera estado esperando, e ilumina el paisaje que aparece ante nosotros. La belleza es indescriptible. Resulta que esos pinos se plantaron en el siglo XIX para conmemorar la batalla de Waterloo y están situados en el lugar exacto en el que se situaban las trincheras desde donde se defendía Inglaterra de los ataques de la armada española en 1588. Qué gracioso, allí estamos nosotros.
Nos despedimos de Wotton Hill y volvemos al coche por en medio del bosque. Seguimos improvisando y llegamos a una señal de un parque natural o algo así. Poco después llegamos a Newark Park, una mansión inglesa construida en 1550 situada en una localización sencillamente espectacular y con vistas impresionantes al countryside inglés. Newark Park, con 300 hectáreas de propiedad, está situado en el sur del condado de Cotswold y forma parte del patrimonio cultural inglés desde 1949. La mansión tiene dos lagos con patos, en uno de los cuales hay una casita preciosa. En sus prados hay ovejas que pasean libres por allí. Descubrimos ciclámenes silvestres por doquier. ¿Van a aparecer Jane Austen o Emily Brönte detrás de un bucólico árbol?
Cogemos el coche y vamos a Wotton-under-Edge, donde llegamos a la iglesia y merendamos. Pero el descanso dura poco porque hace un montón de frío y estamos a media hora de Bristol, así que emprendemos el camino de nuevo, esta vez por la autovía M5. Llegamos al hotel de noche y, después de una gratificante ducha caliente, nos ponemos a hacer en la cocina común una tortilla de patatas (de la chef Maite). Todo el hotel huele a tortilla, jeje.

1 comentario:

  1. Una pena que la oficina de turismo estuviera cerrada, porque estábais muy cerca de Lacock... Que no sé yo si aún no será más bonito que Castle Combe. Distinto estilo pero muy muy bonito también. No sabría por cuál decidirme.

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