Francesc Bailón en la costa sud-oest de Groenlàndia,
interior de la glacera Qaleragdlit, 2010 (autor Àngel Serra)
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Francesc Bailón es antropólogo y, añadiría, aventurero. Este último verano pude hablar con él sobre su vida, su trayectoria y su pasión: el pueblo inuit. Después de 18 años dedicados al estudio y comprensión de esa cultura, Francesc es ya uno de los expertos más relevantes a nivel europeo.
Investigador y escritor sobre la cultura inuit, guía de viajes y expediciones en Groenlandia y asesor sobre este pueblo, nos ha contado los inicios de su aventura particular, lo que podemos aprender de los inuit y los estereotipos que tenemos que superar. Además, conoceremos una de sus trabajos más recientes: asesorar a Isabel Coixet para su últim film, 'Noboddy wants the night'.
Eres antropólogo especializado en la cultura inuit y un referente en España en esa cultura específica, asesorando a organismos y Medios de Comunicación como experto. Es un camino vocacional?
Cuando era pequeño tenía como referentes del artico los iglús, osos polares, etc. Era como un sueño, pero no lo pensaba como una dedicación profesional porque lo veía muy difícil. Cuando tenía 10 años lo que leía eran relatos de expediciones. Después, con las películas de Indiana Jones 'yo decía wow !, debe ser fantástico'. Lo veía como algo muy lejano e imposible de realizar. Cuando acabé la carrera viajé mucho, (estudié América prehispánica o precolombina y Antropología juntas). Los primeros viajes fueron Centroamérica y Sudamérica, para conocer los incas, etc.
¿Qué es lo que te atrajo de esta cultura y cuándo te pasó?
Un año llegó a mis manos un libro que explicaba que los inuit solucionaban sus problemas improvisando canciones o poemas y ganaba el que lo hacía mejor. Además, eran capaces de reflexionar sobre estos poemas. Ellos tienen un dicho: 'La lengua es el único instrumento que se afila con su uso'. No recurren a la violencia física sino a la lengua. Empecé a estudiarlos en 1997 y desde entonces.
Te ha costado mucho llegar a este punto de especialización?
En España el 90% de los antropólogos son de despacho y no se especializan en pueblos. Esto es más tradición anglosajona o francófona. Aquí te especializas en un tema, como antropología de la alimentación, por ejemplo. Pero no en un pueblo, hay pocos. El problema es que los que somos antropólogos de campo nos tienen marginados, nos tienen apartados. Casi un 100% de los antropólogos de campo colaboramos con las universidades pero vivimos al margen de este sistema. En otros países es otra historia.
Se conoce mucho sobre los inuit pero está muy espereotipado. Tuve que empezar de cero. No pude hacer la tesis doctoral porque no encontré a nadie en España especializado en este tema. Y hacerla fuera de España implica no hacer lo que quiero hacer aquí. En España no hay ninguna especialista y lo que quiero es abrir el campo. Trabajar en el Ártico no es fácil. Es cierto que muchas puertas en España se han cerrado y otras se han abierto y con muy buena predisposición.
Foto de la web de Francesc Bailón durante uno de sus viajes a Groenlandia |
Foto de la web de Francesc Bailón http://www.antropologiainuit.com/ |
¿Por qué decimos esquimal y no inuit? ¿Cuál es la palabra adecuada?
Hace referencia al mismo pueblo, pero para los inuit la palabra esquimal implica desprecio. Nunca usan esa palabra para ellos mismos y fue creada por los nativos estadounidenses que entraban en los poblados inuit y los mataban a todos. Esquimal significa 'comedores de carne cruda y constructores de raquetas de nieve'. Pero inuit significa 'seres humanos'. En 1977 crearon el ICC, que es la organización que representa a todas las comunidades inuit y decidieron eliminar la palabra esquimal. Una de mis luchas es que la RAE la elimine, pero continúa la palabra esquimal y no han introducido la de inuit. En mi libro lo explico todo pero no puedo llegar a todos, estoy solo en España.
Háblanos de tu libro. ¿Cómo surge la idea?
Mi primer objetivo al estudiar los inuit era encontrar a esos poetas e improvisadores de los que te he hablado. El libro son tres historias paralelas: la historia de Groenlandia, un conjunto de historias de expediciones árticas (mitológicas, etc.) y mi experiencia personal con ellos, sobre todo con los inuit del norte de Groenlandia. Y es que los inuit son una etnia que contiene 21 grupos diferentes de los que en Groenlandia hay tres. Concretamente, los inughuit son los inuit del noreste de Groenlandia y son los más tradicionales de hoy en día. Empecé con los más tradicionales, puede que sean los más ancestrales.
¿A quién va dirigido tu libro en torno a la cultura inuit? Quiero decir, ¿está destinado a la comunidad investigadora y científica o a lectores de todo tipo?
Quise hacerlo de una forma amena, pienso que la cultura debe estar al alcance de todos. En el mundo de la antropología no sólo es el hecho de ser antropólogo sino que parece que tienes que hablar como antropólogo, pero estoy haciendo todo lo contrario que me dijeron en la universidad. Yo me implico con la vida de los inuit, de hecho tengo unos padres adoptivos en el norte de Groenlandia, soy uno más. Estoy allí para aprender, no para investigarlos, mi base es de convivencia. Para mí es un intercambio, yo les hablo de mis cosas y ellos de las suyas. Y en la universidad eso no te lo enseñan.
Foto tomada de la web de Francesc Bailón y realizada en uno de sus viajes a Groenlandia |
Francesc Bailón en la costa noreste de Groenlandia, Liverpool Land, 2012 (autor Robert Luis Jung Sánchez de Vivar)
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Es clara la importancia de los inuit en tu vida y tienes unos conocimientos muy amplios sobre ellos. Además de escribir un libro, ¿cómo enfocas tu futuro profesional?
Mis objetivos son aprender y enseñar. Disfruto mucho con las dos cosas. He tenido la opción de ser maestro en la capital de Groenlandia pero me falta una parte. Me gusta enseñar lo que yo he aprendido de ellos. Es lo que más me llena: aprender y enseñar. Después las cosas caen por sí solas. El año pasado fui asesor de cultura y este año de una coproducción cinematográfica. Pero son complementos de mi función de aprender y enseñar. Es algo que he descubierto muy tarde. Yo trabajaba en una oficina, lo hice durante 22 años. Llegué a jefe de compras, un equipo que trabajaba para mí, con un buen salario, un horario que no me podía quejar y surgió esto de los inuit. Empecé a hacer charlas y vi que entre las dos cosas mi vida personal había desaparecido y en plena crisis en 2009 dije que me iba de la empresa. Tomé esta decisión que era muy arriesgada. Pero fracasar era no arriesgarse.
Han pasado unos años, ¿eres feliz con esa decisión?
Cada día cuando me levanto me siento afortunado de esa decisión porque estoy haciendo lo que me gusta. Conviviendo con los inuit aprendes que el futuro no importa, lo que quiero es disfrutar de esta situación. Puedo estar horas y horas trabajando y el tiempo me pasa volando y no lo tenía antes de 2009. Busqué centros, instituciones, me moví, etc. Pienso lo que me ha pasado y que si realmente te esfuerzas los sueños los puedes cumplir. Es mi caso. He trabajado mucho para llegar a este punto. Lo que más me llena es el haber pensado que no he trabajado suficiente, sentirme inconformista. Hace un mes estaba desayunando con Juliete Binoche y todavía no lo he asimilado, ahora tengo expedición, después el segundo de los libros... van pasando etapas. Esto también, esta actitud de verlo como etapas de la vida que van pasando es una actitud muy inuit: ya se digerirá cuando toque, ahora toca trabajar y trabajar. Es una oportunidad que tengo.
El encuentro con Juliete Binoche supongo que se debería a tu trabajo como asesor para la directora de cine Isabel Coixet y su película ambientada en Groenlandia 'Noboddy wants the night'. ¿Me puedes contar más sobre esto? ¿Cómo surgió?
Me llamaron como experto de los inuit. Buscaban en Internet información sobre los inuit y les salía mi nombre. Así que me llamó el guionista de la película e hicimos algunas modificaciones (en el guión). Me empecé a implicar de forma que los diferentes equipos técnicos se pusieron en contacto conmigo para asesorarlos. Una de mis tareas es que la gente tenga la sensación de que está en el Ártico y que conozcan a los inuit. Isabel Coixet y el guionista querían traducir unas frases el groenlandés pero la película pasa en el norte de Groenlandia hace 100 años, cuando se hablaba un dialecto oral, no escrito. Entonces lo traduje al groenlandés y lo envié a mis contactos para que lo tradujeran en este dialecto y lo grabaron también para que los actores lo pronunciaran correctamente. No hay ningún libro escrito en este dialecto, llamado Inugguartut.
¿En qué otros aspectos los vas asesorar? Debió ser toda una experiencia.
Me involucré mucho, estuve en el rodaje en Noruega. Lo que inicialmente iba a ser sólo para el departamento de vestuario se extendió a todos los departamentos. Por ejemplo, enseñé a Gabriel Byrne y Juliette Binoche a caminar con las raquetas y a ella a cómo usar el látigo en el trineo de nieve, entre otras cosas. A él le enseñé también a usar el sombrero. Tuvimos muchas entrevistas para situarlos en el contexto histórico y cultural de los inuit. Sobre todo a ella le enseñé la pronunciación. Por otra parte, llegué a Noruega y el equipo no iba bien equipado para trabajar en la nieve 12 horas al día. ¡Y tuvimos tormentas de nieve!
¿Cuando podremos ver el film de Isabel Coixet?
La película inauguró la Berlinale el pasado 5 de febrero. Es la primera vez que una película española inaugura la Berlinale.
Foto de la web de Francesc Bailón tomada durante uno de sus viajes al Ártico |
Francesc Bailón en la costa suroeste de Groenlandia, al fondo de la imagen está glaciar Qaleragdlit 2010 (autora Beatriz Trincado)
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Hablemos ahora de los grandes viajes. Haces expediciones culturales como guía de viaje a Groenlandia, Islandia y norte de Ecandianavia (Laponia) y Canadá. ¿Cómo surgió esta oportunidad?
En 2004 tuve mi primer contacto real en el auténtico Ártico, el gran norte, en las condiciones más extremas, en las zonas más septentrionales. Ya había hecho expediciones pero aquí hice una exploración con perros y me encontré a Jose Manuel Naranjo, uno de los mejores exploradores de la actualidad a nivel mundial. Él estaba de expedición y vi que era la única oportunidad de volver al Ártico: haciendo de guía. Así que en 2006 hice de guía cultural y turístico en Canadá y desde entonces lo complementé con la docencia. Me permite viajar al Ártico de forma gratuita y hacer mi trabajo de campo. Esto es lo que yo digo buscarse la vida. Y ahora trabajo para 5 agencias de viajes.
¿Qué se busca en estos viajes? ¿Qué perfil de viajero tienes en tus grupos?
La gente que hace estos viajes busca algo que no ha encontrado en el resto del mundo, que se ha vuelto muy exigente y que ha viajado mucho. Groenlandia es muy auténtico, no tiene muchas comodidades pero te ofrece una serie de cosas que difícilmente las puedes encontrar en otros lugares del planeta, como una glaciar de 10 km y estar completmamente solo. Hay gente de todo tipo, no hay un perfil. Hay gente que lo deja como último destino y lo que quiero reivindicar es que no lo dejen como última opción. Parece que ahora está poniendo de moda como viaje de bodas.
¿Haces siempre la misma ruta? ¿O, por el contrario, se pueden hacer diferentes tipos de viaje en Groenlandia?
Groenlandia ofrece diferentes opciones. Hay cruceros que visitan algunas de las principales ciudades. Desgraciadamente es una gran parte del turismo de Groenlandia pero no se invierte en el país. Las infraestructuras son muy limitadas: carreteras, pocos hoteles, pocas tiendas ... Muchas tiendas abren sólo cuando llegan los cruceros. Otro tipo de viaje es con más aventura: Groenlandia en esquís, subir montañas, travesías con pulkas, traviesas de glaciares, kayak, etc. Otra opción es hacer trekking, ir a recorrer partes de la isla, dormir en campamentos o hostels en partes de la isla. Otra posibilidad es lo que yo empecé el año pasado y que no se ha hecho nunca: un viaje antropológico de convivencia con los cazadores. Los acompañas en su día a día, como un intercambio cultural y sin transacción económica. Lo he hecho con una agencia hispanoholandesa desde el año pasado y está funcionando bien, con mucho contacto con la gente. El problema es que las condiciones son más extremas, por eso es en verano cuando se concentra la mayor parte del turismo en Groenlandia.
Pasos parte de tu verano en Groenlandia, ¿te gustaría dedicar más tiempo a este país?
A veces hago un mes a primavera y un mes en verano. Lo que me gusta es lo que hago, distribuido. Cuando más tiempo paso allí más me cuesta recuperarme. La recuperación es lenta y traumática. Si estoy más de un mes y medio me cuesta mucho la vuelta. Pierdo muchos kilos allí, entre 10-12 kg en 35 días. Ejercicio, estrés, condiciones extremas ... Quemas muchas calorías. Además, allí tienes silencio, soledad, paz, tranquilidad y vuelves a tu mundo habitual y todo esto se rompe. Tengo viajes en los que he estado con 50-60 personas en todo un mes. El choque es muy bestia.
Fotos de la web de Francesc Bailón tomadas durante sus viajes culturales al Ártico - Groenlandia |
Fotos de la web de Francesc Bailón tomadas durante sus viajes culturales al Ártico - Groenlandia |
A nivel profesional le ha dado un sentido a mi vida en el hecho de saber que he nacido para trabajar en el mundo de la docencia. Es como si yo lo llevara dormido y los inuit lo despertaran. A nivel personal, ellos me han enseñado cómo respetar la naturaleza, no transformarla, disfrutarla, adaptarte a ella. Esto ha hecho que me adapte a toda situación, a tener más humildad, a compartir, la hospitalidad, la paciencia ... Es un pueblo muy paciente. Pienso que en el hecho de valorar cada segundo de tu vida. Cuando estás allí no sabes cuando volverás ni si volverás. Yo allí soy uno más.
Entonces, podemos aprender mucho de esta cultura...
Una de las cosas que más se desconoce de los inuit y que más deberíamos aprender es que es el primer pueblo en eliminar el analfabetismo. Son los primeros que escribieron un diario en lengua nativa bajo un gobierno colonial. Es el hecho de conocer su lengua, comunicarte y no perderla. Es la manera en que ellos han hecho frente al proceso de globalización usando las mismas armas de ese proceso: conociendo idiomas, haciendo carreras universitarias, aprendiendo todo lo que está pasando en el mundo... todo ello les ha llevado a su independencia . Ellos siempre piensan en grupo. El egocentrismo o egoísmo no están aceptados y sí la cooperación o ayuda mutua. Pues todo esto les ha llevado a crear una sociedad única. Por cierto, la mayoría de las personas dentro de la política son mujeres. Los inuit son un pueblo que está en su estado puro antes de cómo era el hombre antes de ser contaminado por la civilización. Nos demuestran que se han adaptado a los avances tecnológicos pero no han cambiado su esencia. Podemos ser nosotros mismos cogiendo el mejor para nuestro provecho sin perder nuestra esencia.
¿Qué estereotipos debemos superar?
Tres: el iglú, el beso esquimal y el compartir la mujer. No es así. El iglú es sólo de la zona central de Canadá. Una de mis funciones es demostrar que este pueblo no es exactamente como nos lo han pintado en las pelis.
Foto de la web de Francesc Bailón tomada durante uno de sus viajes al Ártico |
Foto de la web de Francesc Bailón durante sus viajes culturales a Groenlandia |
Muchas gracias, Francesc! Después de escuchar (y leer) todo lo que has contado, sin duda tenemos un conocimiento mucho más profundo y rico alrededor del pueblo inuit.
Hasta la próxima vez!
Precioso post y entrevista. Las fotografías, una maravilla, realmente cuidadas. Siempre me han atraído muchísimo los paisajes y la cultura de los territorios y pueblos polares. Cómo viven en un entorno tan hostil, tan diferente a nuestro cálido y apacible mediterráneo. Lo de superar los mitos me ha gustado especialmente, y es que yo creía que era así (me alegro de que no compartan a sus mujeres...) Muchas gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn saludo de la cosmopolilla
Hola Cosmopolilla, muchas gracias a ti por el comentario y por leer La Viajera. Me alegra que te haya gustado la entrevista. La verdad es que disfruté mucho haciéndola y escuchando todas las cosas que cuenta Francesc. ¡Hubiese estado horas haciéndole preguntas! ;)
EliminarNos leemos.
¡Un abrazo, viajera!
Disfrutar el invierno viajando a lugares completamente nevados es una experiencia mágica. La blancura infinita, los deportes de invierno y la calidez de las chimeneas crean recuerdos inolvidables en paisajes gélidos
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