Una cosa tenemos clara si volvemos a la Costa da Morte (además del hecho en sí de que volveremos) y es que nos quedaremos otra vez en Casa Ceferinos. Esta casona restaurada está en el corazón de la mini aldea de Frixe, a pocos kilómetros de faro Touriñán. Su localización es perfecta para conocer toda la Costa da Morte, ya que el punto más alejado queda a una hora. Además, llegar desde el aeropuerto de Santiago de Compostela también lleva poco más de una hora.
Casa Ceferinos es una casa grande rodeada de un jardín y zona exterior de 3.000 metros cuadrados. El ambiente es muy tranquilo, perfecto para descansar, leer y disfrutar de la paz del entorno. Hay diez habitaciones y cada una es distinta a las demás. La nuestra era la que se llama Lelo y era muy grande, bien decorada y con un baño inmenso. La zona de recepción es muy acogedora, como toda la casa. Con sofás, paredes de piedra y detalles en madera. Hay dos comedores grandes y con paredes de cristal con vistas al jardín. Uno de ellos es donde sirven los desayunos y el otro es donde se puede comer y cenar comidas caseras. No tuvimos ocasión de probar su cocina, nos hemos quedado con las ganas y la próxima vez no perderemos la oportunidad ;) Sí que desayunamos allí todas las mañanas y nos gustó mucho: zumo de naranja natural, pan buenísimo (¡cómo no!) y dulces o bizcochos caseros o de la zona.
Pero lo mejor de Casa Ceferinos es el trato familiar de los propietarios, Manuel y Chus, que de verdad hacen que te sientas como en casa. Cada rincón de este alojamiento rural y cada cosa que hacen está impregnada de su cariño y atención. Nos ayudaron mucho con rutas y recomendaciones sobre la Costa da Morte y nos contaron muchas anécdotas e historias, ¡gracias! Estamos deseando volver :D
En su web tenéis muchísima información y bellísimas fotos de sus instalaciones y del entorno.
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