Vielha me tiene enganchada... Cuando pasan unos meses sin ir, ya me coge el "ansia" por volver. La Val d'Aran, con Vielha como corazón urbano, es verde, revitalizante y energizante. Sus pueblos de piedra y pizarra que parecen sacados de un cuento, el río de agua fresca y cristalina, las montañas forradas de bosque y los cientos de rutas inimaginables para hacer a pie lo convierten en un valle único.
Muchas veces fantaseo con tener una casa allí y, por más que vuelvo a recorrer sus pueblos y calles, nunca consigo decidirme por el lugar ideal para tenerla. Arties y Bossost son chulísimos, y también Salardú. ¡No sé con cuál quedarme!
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